LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS

EL otro día viendo el comienzo de "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis" del año 1962 quede de nuevo fascinado con la escena inicial.  El patriarca Julio Madariaga se endominiza por qué el conflicto en Europa divide a su familia. En una magnifica actuación presenta a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis de forma espectacular para los efectos especiales de aquellos años.

Escena de la película donde se ven a los 4 jinetes presidiendo la chimenea

Antes de que John Gay, Robert Ardrey adaptaran la Novela de Vicente Blasco Ibañes, Alberto Durero ya había dibujado la escena en el el Renacimiento.

En ella se representa la escena descrita en el libro del Apocalipsis: cuando el Cordero abre los primeros cuatro sellos de la profecía del Juicio final, salen cabalgando cuatro jinetes, uno tras otro:
  1. Uno de ellos lleva un arco, monta un caballo blanco y se dispone a conquistar;
  2. Otro, con una gran espada, en un caballo rojo, va a desencadenar la destrucción;
  3. Un tercero, que monta un caballo negro, lleva una balanza, representando el colapso y la crisis económica;
  4. Finalmente, la Muerte, sobre un escuálido caballo, seguida por el Infierno, se dispone a aniquilar por el hambre y la pestilencia.

 


Alberto Durero 1498

Vicente Blasco Ibañez 1916




Pero volviendo a la película, lo espectacular de la escena es el nombre de los Jinetes. La Guerra, El Hambre, La Peste y La Muerte.

En dicha escena esta presente  la división que sufren las dos familias Desnoyers (de origen francés) y Von Hartrott ( de origen alemán). Dos familias lideradas por el abuelo Madariaga, que ve como a su muerte terminan enfrentadas en la 2ª Guerra Mundial.

En estos días volví a pensar en ella. La situación política y social que hoy en día vivimos da para pensar en muchos temas y hoy me decante por este.

Mucha gente dice que la incultura de principio del siglo XX fue la que desencadeno en las grandes guerras, que hoy en día es imposible. Me acuerdo de mi abuelo Ginés que siempre mencionaba las siguientes palabras "así empezamos en el 36" y yo siempre sonreía pensando que "que equivocado esta mi abuelo",  

Es verdad que no creo en una GRAN GUERRA como las acontecidas pero si en otras, que aunque parecen más pequeñas, están destrozando parte de nuestra sociedad. 

Utilizando los Jinetes realizaré una percepción personal de lo que estamos viviendo.

La Guerra. No hay ni habrá momento en que el humano no este en guerra. Cualquiera que piense en la historia que estudio desde pequeño no encuentra pasaje que no haya una guerra. Nuestros conocimientos están basados en batallas, tratados, revoluciones y conquistas. La evolución humana ha sido testigo de las más cruentas guerras y hoy es igual. El avance de la sociedad ha ido en paralelo a los avances armamentísticos y estos hay que probarlos soy población humana. 

Creamos organismos internacionales para evitarlos. Personas encargadas de dialogar para que el enfrentamiento no se produzca, pero todo sigue igual. 

Desde hace años veo en los recreos como los pequeños resuelven  sus conflictos con enfrentamientos, ya no individuales, sino grupales. Como la violencia aumenta desde más pequeños, lo que hace que cada vez los Planes de Convivencia sean más importantes en los Centros. Protocolos de actuación, tutorías sobre el tema, concienciar a los alumnos del problema, Talleres de Empatía, y aún así terminamos siempre igual " a golpes"

Hace casi 1000 año empezó una Cruzada entre la Cristiandad y el Islam (Urbano II en 1095) .A día de hoy todavía sigue. El terrorismo "islámico"  ha sembrado de miedo la Vieja Europa y pensamos que nosotros no hemos hecho nada para merecer esto. La radicalización musulmana se contrapone a la liberación cristiana. La colonización y globalización de Occidente ha invadido Oriente, y con ello su Fe y costumbres. Cada uno piensa que estaba en su derecho, unos de avanzar sin limites, otros de mantener unos limites para avanzar.

Eso es el cuento de todos los días. En un instituto pasa igual, se llama derechos y deberes. Todos los derechos para nosotros pero sin ningún deber que realizar. Todo para mi sin ningún precio que pagar. Demasiado fácil.

El Hambre. Como consecuencia del comportamiento del primer jinete aparece el segundo. Todos podemos hacer más, solo hay que intentarlo. El compromiso de todos por acabar con esta lacra tendría que ser fundamental, pero solo dura unos segundos en nuestras vidas. Recuerdo una conversación en casa viendo las penurias que pasan poblaciones enteras en Africa. Mari decía que si tuviera dinero ayudaría a esas personas. Pero ¿cuando se tiene suficiente dinero?

¿Cuanto dinero tiene que tener una persona para poder empezar a ayudar a los menos desfavorecidos? Con tener un poco más que otro ya podrías ayudar , esa es la filosofía. No todo es dinero, podríamos ayudar con nuestro tiempo, nuestra compañía, nuestro ánimo y podríamos continuar mencionando tareas donde el dinero no es lo importante.

Hay cuestiones que si se tienen que resolver con inversiones financieras, pero nosotros colaboramos en nuestra justa medida.

Todos podemos colaborar en entregar alimentos a una ONG, repartir bocadillos a gente necesitada los fines de semana, repartir caldo en días de frío a personas sin hogar. El montante económico no es elevado y la ayuda es enorme.

Si todos hiciéramos esto, se podría destinar los fondos de otras ONG y de los Gobiernos a combatir el hambre en otros países, en ayudar a que su situación mejore, a enseñarles a mejorar las condiciones que tienes y colaborar con esos gobiernos para que esa lacra desaparezca.

Cuando se da dinero "contante y sonante" a gobiernos con problemas de hambruna, una parte desaparece en la corrupción de las instituciones. No es la primera vez que dichos gobiernos entorpecen la llegada de alimentos o de recursos a las zonas desfavorecidas, y eso complica cada vez más la salida de dicha situación.

Hay que criticar el comportamiento de los mas jóvenes que se quejan de la comida de los comedores escolares, que malgastan el agua potable que sale del grifo de sus casas, que desperdician los alimentos que tienen en casa y todo ello sin que los padres les hagan valorar lo que se llevan a la boca en cada uno de los instantes del día. Pensemos en los que no tiene, pero no para comer hoy, no comer en toda la semana.

Recuerdo un documental de hace años. En él una madre africana dormía a los niños poniéndolos delante de una hoguera donde hacia la comida.  Lo que cocinaba eran dos piedras que removía en un agua contaminada. Esperaba que con la tranquilidad de ver la escena de la comida, tumbados en sus esterillas, los niños se durmieran y una comida que pasaba. Había que pasar muchas comidas así, pues era muy poco lo que tenían para comer.....solo una vez a la semana.

La Peste. Entonces aparece el tercer jinete. Cuando la debilidad ataca a la población, las epidemias hacen aparición en escena. Antiguamente era la peor de las enfermedades,y por eso quedo su nombre. Esta claro que nuestra ayuda puede venir en combatir el hambre pero también en ayudar con dichas epidemias. Los medicamentos,vacunas y distintos fármacos son malgastados en la sociedad y no hacemos nada por evitarlo. Las grandes compañías farmacéuticas mantienen patentes que encarecen dichos productos y mientras tanto las poblaciones siguen con epidemias. Enfermedades que se creían erradicadas aparecen como por arte de magia. En España vuelve la tuberculosis, con el esfuerzo que se hizo a mediados de los cincuenta para acabar con ella. 

Pero hay una peste mayor, las redes sociales. No hay peor epidemia asentada en nuestra sociedad que esta. Algo que se invento como un bien lo hemos convertido en algo putrefacto. Las grandes compañías se alimentan de los datos que tienen, los venden al mejor postor, sin ningún tipo de decencia. Y nosotros fomentamos el que cada vez tengan más datos. Compartimos nuestras vidas en Facebook, Twitter, Intagram o lo nuevo que salga. Despreocupados, jugando a no se que, y encima fomentando dicha transferencia en nuestros jóvenes discípulos. 

La peste se ha instaurado en ellos, no saben vivir sin un dispositivo, sin estar conectado, sin mandar la ubicación, su estado de animo, sus actividades, la agenda del colegio y un sin parar. en cuanto no tienen el móvil en la mano........se aburren, sin la play.....se aburren y siempre se aburren.

El aburrimiento es otra de la peste del siglo XXI, nadie puede aburrirse. Busquemos algo para que nuestros jóvenes y mayores no se aburran. Compartamos lo que haga falta y veremos que pasa. Transfiramos todos los datos para creer que somos mejores y nos quejemos de la falta de privacidad que tenemos.

 Y La Muerte. El último de los jinetes, cabalgando con su guadaña. Poco más podemos decir de ella pero siempre podemos darle una nueva visión.

En mi caso es una muerte cultural, de conocimiento, de sabiduría. Queremos enseñarles tanto a nuestros jóvenes alumnos que no conseguimos llegar a ellos. o ellos no quieren saber de nosotros. El otro día en una junta de evaluación una compañera dijo "los alumnos dicen que solo nos preocupamos por dar clase, que no hablamos con ellos, que no les preguntamos por sus sentimientos y no saben para que sirve estudiar tanto" . 

¿Somos los profesores los que tenemos que explicar para que sirve estudiar? ¿Somos los profesores los que tenemos que dar cariño y animo a los alumnos? Hay que pensar y reflexionar sobre ello. A lo mejor en casa no se lo han explicado o no se lo están aportando. Pasan más tiempo con nosotros que con algunos de sus padres, nos ven mucho más y necesitan de nuestra ayuda. Algunos son hasta un referente para ellos, y eso hay que aprovecharlo.

Pero ahí viene la muerte. Cuando uno no sabe ¿para qué? entonces ¿por qué hacerlo?

Cada vez es más difícil enganchar a los alumnos, aunque mi amigo Miguel diga "mis chicos están todo el día haciendo cosas en casa". Qué suerte tienes, aprovéchalo y disfruta.

No quiero que esto suene catastrofista, solo indicar que el camino es difícil . Hay que empezar desde pequeño a trabajar en estas ideas y no descansar nunca. Como padres y como educadores.

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