El Poder de la OBSERVACIÓN

Ayer paseando con Mari sucedió algo curioso. Íbamos por una calle por donde habíamos pasado infinidad de veces y le pregunte cuantas calles había  a la derecha o a la izquierda hasta su finalización. Me contestó que era muy despistada y que aunque había pasado por allí mil veces, no se acordaba. Que su orientación era malísima y que eso encima ayudaba muy poco a recordar las calles.

Entonces empezamos a hablar sobre la diferencia entre ver y observar, y la necesidad de focalizar cada vez más aquello que vamos viendo en nuestra vida cotidiana.

Surgió entonces la idea de la entrada que hoy os  presento. Es tan poderoso el observar bien en esta sociedad que tenemos? Mi respuesta es que SI.

En estos momentos de globalización total de la sociedad, con un impacto cada vez mayor de las plataformas televisivas y de las redes sociales, con inundación extrema de información por todos los lados y un conocimiento infinito en internet, es necesario saber observar cada día más.

Es muy necesario enseñar a nuestros alumnos esta rara habilidad. 

El otro día en un curso sobre aprendizaje un compañero ponía este ejemplo "alumnos que en primero de infantil se les enseña autonomía como sacar y ponerse el baby, colgar la taza en el lugar apropiado, dejar el cojín en su rincón correspondiente, colocar los juguetes después de utilizarlos, hacer la fila para entrar y salir de clase y un largo etc, y cuando llegan a primero de la ESO ¿Qué pasa?"

Eso digo yo ¿Qué pasa? pues los alumnos pierden el poder de observación y se pasan a "solo ver". Es como esos nenes pequeños que están deseando andar y traen a los padres de cabeza, y una vez que lo consiguen y ven lo duro que es el mundo de la gravedad no quieren salir del carrito hasta los 18 años.

En un estudio reciente se constató que el cerebro tiende a minimizar la energía que gasta en cualquier actividad. El cerebro gasta entre el 20/25% de la energía de nuestro cuerpo a pesar de su pequeño tamaño. La mejor forma de que nuestro cerebro gaste menos es repitiendo hábitos en los que pueda recordar qué hacer a continuación ( lo que llamamos rutinas) en lugar de pensar en que vamos a hacer. Ese es el gran problema de la observación, nuestro cerebro no quiere trabajar. Mejor la rutina como ver, sin pensar en nada más.

La necesidad de la observación parte del interés y la curiosidad que las personas tenemos. Cuando somos pequeños estamos abiertos a todo un mundo, y todo parece maravilloso. No nos importa perder tiempo en cualquier aprendizaje, por eso algo tan sencillo como ver llover se convierte en algo INCREIBLE. Vamos creciendo y el interés va decreciendo (que pena), el cerebro nos juega una mala pasada. Es por esto que vamos a tener que entrenarle, y convertir la observación en una rutina.

Ese es el objetivo, que cuando nosotros interactuemos con nuestro entorno, seamos capaces de absorber todo aquello que nos rodea y saber diferencia lo que puede ser necesario en algún momento para nuestra vida. No queremos pasar por la vida como autómatas, pero sin querer lo estamos haciendo. Somos desarrolladores de rutinas.

Me levanto, paso al baño, me lavo, tomo un café , me visto y tomo la mochila para ir al colegio/instituto/universidad/trabajo . Salgo de casa y si meditara sobre que he estado haciendo o pensando la mayoría no sabría contestar. No hemos prestado nada de observación a lo que hemos realizado. Es una mera rutina matinal. Ahhh se me olvidaba, pero mirar los Whatsapp que tengo en el móvil si me da tiempo, o las historias de Instagram.

Pero entonces me monto en el transporte público y me cuelgo mis cascos para aislarme de mi entorno, centrarme en mi mundo y crearme un universo cada vez más pequeño. Siempre recuerdo y añoro de mi época universitaria cuando observaba a las personas que viajaban en el tren, metro o autobús. Curiosear en la conversación que llevaban cierto grupo, sobre que tema hablaban o discutían. Si se bajaban en alguna parada en particular ( a la misma hora ciertas personas tomábamos el mismo transporte y éramos ya casi conocidos). Sabíamos lo que leían esa personas eruditas que llevaban unos "tochos" de libros que parecían que nunca se iban a acabar, con lo cual estábamos a la moda sobre la literatura del momento.

Gracias a ese poder de observación me he podido enterar de los resultados de futbol de una jornada de liga, si han sido los Oscar y quien ha ganada en cada sección, las películas que se ponían en el cine ese fin de semana, que grupos tocaban en las salas de moda, o que obras se representaban en tal o cual teatro, sitios de moda para tomar unas copas o que restaurante estaba guay para sorprender a tu pareja. 

Pensáis que ese tipo de observación era un poco de cotilleo, pero nada de eso. Capturábamos información para posibles necesidades. Cuando luego paseabas por la Gran Vía de Madrid y veías las carteleras de los cines, prestabas mucha más atención. Estabas más atento a lo que se mostraba y por lo tanto tu conocimiento aumentaba.

Ese era uno de los objetivos, mejorar el conocimiento. Ese poder de observación mejoraba nuestra predisposición para concentrarnos y así captar toda la información posible.  Hoy en día con tanta tecnología tendría que ser más fácil, o eso pensaba yo, pero es al contrario. Esa tecnología esclava no  ha hecho más rutinarios y por lo tanto nos impide observar con claridad.

El SR Dorado  de 1º Bachillerato me decía que son la "GENERACIÓN DE CRISTAL" hijos de la "GENERACIÓN X" , jejejej parece una película de ciencia ficción. Esta nueva camada de adolescentes va a tener que ponerse las pilas para el futuro que les espera y uno de sus grandes logros será el PODER DE LA OBSERVACIÓN.


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