Capitulo 2.- Sobre la Iniciación de las Acciones.
Una vez comenzado el partido los
entrenadores han de tomar muchas decisiones. No solo en los momentos que van
perdiendo, también cuando se va ganando. Los tiempos muertos, así como los
cambios, ayudan a estabilizar problemas que surgen, pero también la
comunicación del entrenador durante el juego. No siempre funcionan los mismos
patrones de respuesta, por lo que el entrenador tiene que ir variando su forma
de actuar de un partido a otro.
El voleibol es un deporte muy
psicológico y el formato de ganar tres sets es muy traicionero. Hemos visto
remontadas increíbles en muchos partidos, como un equipo daba la vuelta a un
0-2 para terminar llevándose la victoria por un apretado 3-2. Lo mismo ocurre
con un set donde barres al equipo contrario y de repente en el siguiente te
devuelven la moneda.
Aunque estés ganando esto no es
para siempre, por lo que el entrenador tiene que estar atento a todos estos
posibles cambios en el juego.
Hay un dicho que dice “QUIEN A
HIERRO MATA A HIERRO MUERE” en referencia a este punto.
El partido no es eterno y en
algún momento acabará, hay que centrarse por tanto en ese espacio de tiempo. En
ello se basa la idea de LOS CONFLICTOS NO DEBEN DURAR PARA SIEMPRE.
Hemos de buscar soluciones
durante el partido, pero tampoco martirizarnos después de su finalización una
semana después. Repasar lo que pasó, observar un video y estudiar las
estadísticas, ver errores en el juego y en la dirección, buscar soluciones y
variantes para posibles enfrentamientos y dejarlo todo anotado.
Es importante descubrir que armas
no utilizamos durante el partido, la desventaja que eso supuso para el rival y
en la posición que a nosotros nos dejó. Los buenos entrenadores no repiten dos
veces el mismo error para conseguir el mismo objetivo.
La gestión del grupo es
fundamental, sobretodo en categorías inferiores. Escucha a tus jugadores,
préstale atención y mantenlos contentos.
Tenemos que tener cuidado con el
“discurso repetitivo”. Muchos entrenadores caen en la trampa de repetir ciertas
frases a lo largo de toda la temporada y al final caen en saco roto. Es la idea
de “QUE VIENE EL LOBO”. Tanto dices que va a suceder una cosa que pocas veces
pasa, que cuando sucede nadie le presta atención.
Un ejemplo sería el siguiente.
Cada fin de semana cuando acaba el partido indicas la importancia del siguiente
encuentro y que nadie puede faltar al entrenamiento durante la semana pues nos
jugamos mucho. Esta “cantinela” la repites cada termino de partido durante toda
la competición. Al cabo de 5 o 6 semanas las jugadoras faltan a los
entrenamientos sin importarles la dificultad o importancia del rival. Lo han
escuchado tantas veces que no saben cuándo es verdad o mentira.
La Doctrina y la Disciplina
son los factores que tienen que hacer que el equipo este comprometido con el
objetivo, que asistan a los entrenamientos y que sepan la importancia “real” de
cada rival. No hace falta recordarlo todos los fines de semana.
De esa manera, cuando durante los
entrenamientos indicas puntos fuertes de los rivales, los jugadores atienden y
prestan atención. También sucede que cuando un día pides un poco más de
exigencia ellos saben que el rival es importante. Y cuando tus palabras denotan
un plus en el compromiso, tus jugadores están allí para no fallarte.
De esta forma, en reuniones más
esparcidas en el tiempo y no coincidiendo con partidos, puedes explicar al
equipo lo que nos jugamos en un periodo de tiempo más amplio. Esto ayuda a la
organización de los jugadores y encima refuerza tu posición de líder al confiar
tus pensamientos e ideas a todo el grupo.
Piensa que los jugadores son la
esencia del equipo, no puedes apretarlos constantemente y sobretodo MENTIRLES.
Hay que dar “UNA DE CAL Y OTRA DE
ARENA”. Los castigos son importantes para mantener la disciplina, pero también
las recompensas. Recuerda la esencia del equipo son los jugadores no el
entrenador.
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