Capítulo 3.- Sobre las Proposiciones de la VICTORIA Y DERROTA.


Un entrenador tiene que estar siempre preparado para la DERROTA, es lo duro del deporte. Es por ello que para alcanzar la VICTORIA tienes que prepararte para evitar la DERROTA.
Como regla general es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo. Captura a sus soldados y dominaras a sus jefes. Un ejemplo nos será mucho más gráfico.

Existen partidos donde un jugador no está acertado en la recepción y nosotros como entrenadores seguimos insistiendo sobre él. En muchas circunstancias acaba con dicho jugador en el banco, sustituido por otro que creíamos de inferior categoría. Cuando dicho cambio se produce, se produce también un cambio en nuestro destino, pues el que sale lo hace mejor o el que salió consigue recuperar su juego tras unos minutos de charla con su mister en el banquillo.

Es por ello que algunos técnicos utilizan a ese jugador durante el partido para provocar ciertos fallos que nos faciliten la victoria, pero sin destruirlo, sin provocar una reacción que no podamos nosotros controlar. Es por ello que podemos jugar con su mal día en nuestros propios intereses.

Como contracrónica también sucede que el que sale falla más y el que fue al banco nunca se recuperó. Esa es la elección del entrenador.

Es importante calcular la fuerza de nuestro rival, saber el ánimo o desanimo que tiene en ciertas circunstancias, la dirección que toma el equipo ante sustituciones imprevistas. Existe el problema de sacar del campo a uno de los jugadores importantes del equipo contrario y entonces tu propio equipo se relaje ante la ventaja táctica que eso supone.

Parece más fácil mantenerle con vida lo justo, para apretar a los nuestros de que el enemigo no está muerto, que puede reponerse y aparecer y de esa forma no bajar la guardia en ninguno de los puntos que quedan hasta finalizar el partido.

Otro punto importante de la victoria es el no jactarse de ella. Ya hemos comentado en el capítulo anterior de “quien a hierro mata a hierro muere”. No hay que ensañarse con el rival, hay que mostrar un respeto a su juego y si nos creemos muy superiores a ellos, aprovechar para poner en prácticas distintas estrategias que nos habiliten a obtenerla contra equipos de superior envergadura.

Un gran emperador chino decía: “El que lucha por la victoria frente a espadas desnudas no es un buen general”.

De igual modo no debemos atacar por cólera y con prisas. La venganza se sirve en un plato frio dice el refranero español y tiene mucha razón. Hay que tener paciencia y meditar bien nuestro plan para no caer en precipitaciones durante los partidos. El entrenador tiene que ser el primero que ponga orden y cordura en el juego.

Pongamos un ejemplo. El equipo rival realiza una acción donde el colocador a través de un engaño finta al segundo toque y pone el balón en el suelo. Parece que nos quema la siguiente bola para devolver dicha afrenta y que nuestro colocador ponga las cosas en su sitio. Es aconsejable tener en ese momento la cabeza fría, observar el marcador y tomarnos nuestro tiempo en planificar y coordinar dicha venganza. Lo normal es que el equipo contrario esté preparado para dicha acción.
Lo mismo ocurre cuando un jugador falla un par de ataques, inmediatamente nos situamos en posición de defensa de la finta. Se le ve en sus ojos la cólera y prisas por puntuar por el único camino que le queda.

Sí que es verdad, que cuando un jugador recibe un duro bloqueo ante un buen ataque, pido al colocador que repita acción sobre el mismo jugador. Parece que hay que vengar el honor perdido por dicha acción y poner las cosas en su sitio. Pero sin dramas, está en nuestra filosofía de juego y todos lo asumen como regla de nuestro juego.

Creo que un partido de voleibol es como una partida de ajedrez, donde realizamos diversos movimientos para conseguir la victoria. Prestemos mucha atención a nuestro juego, pero sin olvidarnos del rival. Hemos de deshacer los planes rivales, desbaratar los cambios e instrucciones del entrenador, inmovilizar a sus jugadores referencia y obtener el desánimo en el contrario.

Pero en muchos casos eso no sucede y la batalla es encarnizada durante todos los puntos del partido. Aquellos sets donde la igualdad es máxima y sabemos que se va a dilucidar en pequeños detalles,es donde debemos realizar un pequeño asedio estratégico. Hacer que lo ordinario se convierta en extraordinario y nos de ese punto de ventaja para llevarnos el set.

Indicaciones sencillas, pero muy interiorizadas y mecanizadas, que favorecen los intereses del equipo.

Raul Lozano cuando era seleccionador español se le realizó la siguiente pregunta ¿por qué el central en R3 siempre entra corta atrás y el receptor por ala de zona 4? Su respuesta fue la siguiente. “En dicha rotación tenemos un 95% de eficacia, cuando bajemos del 90% estudiaremos otro tipo de combinación” OJO, no dijo que no la tuvieran, pero que su primera opción era casi perfecta. A continuar con ella.

Empezamos a contemplar la VICTORIA cuando el equipo rival no lucha.

Es por ello importante tener objetivos en los partidos que puedan alcanzarse, aunque el equipo contrario sea muy superior a nosotros, eso no nos permitirá bajar los brazos y darnos por vencidos.
Ya hemos comentado la evaluación que tienes que hacer de tu equipo y de los rivales, saber exactamente lo que tienes y a lo que te enfrentas, pero además tienes que evitar:

                    I.            IGNORAR LOS HECHOS. Mirar para otro lado no te va a solucionar tus problemas.
                  II.           IGNORAR TUS RESPONSBILIDADES. La toma de decisiones no puedes delegarlas en nadie más.
                III.            MALA PLANIFICACIÓN. Los jugadores perderán destrezas y habilidades, parando su progresión.
Esto será causa de desastres en el equipo. Perderás directamente antes de comenzar el encuentro.
Tienes que realizar entonces lo siguiente:
  • a.     Saber cómo, cuándo y donde juega tu equipo en cada momento de la temporada. Con previsión.
  • b.       Conocimiento total de la plantilla y confianza en “todos” sus miembros. Objetivo común.
  • c.       Enseñanza de los gestos técnicos planificada y con metodología de evolución.
  • d.       Entrenar y trabajar más duro que los rivales, y en peores condiciones si hiciera falta.
  • e.       La valoración y respeto por el rival es máxima en el equipo.

Estas pautas ayudaran a evitar el desastre y la derrota, preparándote para obtener la victoria.

Es por lo tanto muy importante NO IMPROVISAR, tener un conocimiento de la situación.

Como diría SUN TZU: “Si conoces al rival y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro”.


  

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